Se queja el docente universitario del enseñante de bachiller; este, del que en la secundaria obligatoria es su homólogo, quien a su vez lo hace del que está en primaria. El profesor de primaria mira al de infantil. ¿Y este? ¿A dónde ha de mirar? Este, irremediablemente, mira a los padres. Mas los padres, ¿a quienes han de mirar? ¿A sus padres? ¿A los padres de sus padres? No. Los padres no tienen adonde mirar. Por eso el sistema educativo debe comenzar con ellos; y por eso el sistema se con-vierte en un contrasentido: los hijos de los padres serán padres; los padres, abuelos. Un sistema estable no puede resetearse constantemente.
No, no puede; no debe…