Temprano. Muy temprano. Natalicio de la jornada. Joven. Alegre. Ha entrado en el aula oyendo música. Ha hecho unos pequeños pasos de baile cómplices con las compañeras que la ven llegar. La he visto. No me ha visto. Ha sido un instante breve de luz, de armonía, de paz. He esbozado una sonrisa. No me ha visto. Insisto. Pienso: la naturaleza sigue renovándose. «“Vitalidad” viene de “vida”», me digo. Se ha sentado. Ha cogido sus apuntes.
Y yo he comenzado a dar otra clase aburrida que ella seguirá con atención y buen quehacer.