Un día santo: 8 de marzo…

El 8 de marzo es, lo confieso, lo declaro, lo anuncio y lo proclamo, día santo, si por tal, con el diccionario en la mano, cabe calificar a la jornada ‘perfecta y libre de toda culpa’, o sea, a la que se articula alrededor del convencimiento de que libres de toda culpa, incluso perfectas, han sido, son y serán las mujeres -y los hombres, por supuesto- que dan sentido a las únicas veinticuatro horas del año en las que, con filantropía y magnanimidad, se reclama aquello de lo que ha carecido el género humano desde sus orígenes: la igualdad.