Admirable ejercicio de lealtad y equilibrio mental el de quienes están cerca del rey, el papa y el gobernador cuando duermen o cuando están en el baño haciendo lo que toca hacer. Del mismo modo, admirable confianza del rey, el papa y el gobernador en la lealtad y equilibrio mental de quienes están cerca de ellos cuando duermen o cuando están en el baño haciendo lo que hacer toca. Lo intento, pero no puedo evitar imaginar en los confiados una constante inquietud. Un sinvivir disimulado. Miedo. «Una noche. Alguien que entra en el dormitorio. Alguien que quiere formar parte de la historia. Un simple mortal soy. Un cuchillo. Una pistola. Alguien que le importe poco ser detenido. O asesinado por sus colegas. Por aquellos que siguen siendo leales. Aquellos en quienes sigue rigiendo un mínimo de equilibrio mental». Bendita irrelevancia.